17/10/12

Te quieero.

Volviste hace casi una semana, y las ganas de vernos aumentaban por momentos. Recuerdo cuando te vi en aquel autobús, ansioso por bajar y verme. Pero de repente volviste la cara hacia mí, y encontraste esa mirada que hacía tiempo que querías encontrar. Entonces sonreí, porque como de costumbre la felicidad hizo su gran aparición. Y sonreíste conmigo. Corriste a por tu equipaje, y cuando te diste la vuelta, yo ya estaba corriendo hacia a ti como una loca a abrazarte. Lo menos una docena de personas fueron testigo de esos primeros besos después de un mes separados. Y de fondo se oía el ruido del tráfico. El tiempo se paro durante unos segundos, y solo existíamos tú y yo. Allí en mitad de la calle, demostrando nuestro amor. Entonces comenzaron los momentos interminables a tu lado, la sesión de cine agarrados de la mano, las noches en mi cama. Los pequeños momentos, que me hacen grande día a día. Volvieron los “te quiero” al oído. Los “Buenos días, princesa” cada mañana. Las “buenas noches, princesa” acompañados de un beso infinito. Comenzaron las madrugadas comiendo kebabs en casa. Y un infinito de cosas, que solo tú y yo sabemos. 
Ahora ya hace tres días que te has ido de mi lado, y han empezado otra vez las lágrimas, y los “te echo de menos a morir”, los “te esperare pase el tiempo que pase”, y los “buenos días princesa” en la distancia. Ahora otra vez nos separan 800 km. ¿Pero sabes qué? Tienes razón en esa frase que escribiste aquel sábado de madrugada, después de una dura charla. “Conseguir la vida que deseas es difícil pero no imposible”. La vida que deseo está donde estés tú, y donde estén tus besos. La vida que quiero es acostarme y despertarme a tu lado. Quiero que en invierno, me cojas de la cintura, me abraces y me quites el frío. Quiero que nos hagamos felices el uno al otro. 
Lo que quiero, por si alguien no lo ha entendido…es estar CONTIGO. Pasen los años que pasen, y aunque me tenga que dar 100 veces contra una pared, porque no pueda soportar la distancia… no me rendiré. Quiero ser fuerte. Como tú.
Lo que quiero tiene un nombre y eres tú, CARLOS MARTINEZ

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